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Hola.

En el mundo online hay varias clases de negocio.

Aunque resumiendo se pueden clasificar en dos: los que venden y los que no.
En esta última incluyo a los que no venden lo que podrían.

La mayoría están en la segunda categoría.

Y las razones por las que no progresan son diferentes.

Hay más clases de negocio, claro, y también otras razones por las que no triunfan.

Pero simplificando, quédate con éstas.

Si las razones por la que no avanzas son la primera o la segunda, o las dos, no te puedo ayudar.

Si se trata de la última, sí.

Para que veas si podemos trabajar juntos, quizá sea conveniente que antes veas cómo escribo.
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Casino.

En esta película de Scorsese, con Joe Pesci, Sharon Stone y Robert de Niro como protagonistas, descubrí una idea que explica claramente lo que es un buen copywriter.

Te resumo el argumento por si no la viste. Además, no quiero hacer spoiler.

A un apostador profesional (de Niro), la mafia le ofrece la dirección de uno de los casinos más importantes de Las Vegas.

Le cuesta trabajo pasar de apostador a controlar a jugadores, y aparte contentar a la Mafia y cuidar que no se pase Joe Pesci.

No te cuento más.
Si quieres la ves. Merece la pena.

A lo que voy.

En una escena, Joe Pesci habla de la única persona que conoce que gana dinero con el juego.

Pero lo que hace realmente es apostar, no jugar.

Jugar depende de la suerte y en algunos sitios de la habilidad del crupier.

Para apostar se necesitan un par de cosas:

información y psicología.

Un apostador recaba información, por ejemplo de un caballo. Sabe lo que come, cómo entrenó últimamente, si el jockey se emborrachó el día anterior o la mujer le puso los cuernos.

Toda la información que otros apostadores no pueden o no saben conseguir.

Después la ordena, analiza probabilidades y ve lo que hacen el resto de apostadores.

Si las probabilidades son buenas, apuesta por el caballo aunque no sepa seguro si va a ganar.

A medio y largo plazo es él quien gana. Y los demás, pierden.

Un buen copywriter es un apostador profesional.
Uno malo, un jugador.

Y en el casino de Internet, la mayoría pierde.

La labor de un buen copywriter no consiste ni siquiera en escribir bien en sentido literario.
Con que sepa hacerlo de modo persuasivo es suficiente. Aunque no sea algo fácil.

El trabajo más importante de un copywriter es saber investigar. A la competencia, a tu producto, saber quién es tu cliente ideal, y conocerte a tí.

Después, ordenar toda la información que ha obtenido.

Y por último, ponerse a escribir una conversación de tú a tú con el cliente que esté interesado en lo que ofrezcas o vendas.

Un copywriter mediocre o malo quedará delante de la ruleta esperando que el número y el color por el que apostó salgan.

Esa es la diferencia.

Y por eso un buen copywriter sí podrá ayudar tanto a un negocio que vende, como a otro que vende menos de lo que podría.

Y uno malo no.

Uno malo utilizará plantillas para salir del paso, y hará textos basados en fórmulas que no sirven para determinados trabajos.


Yo no utilizo ni las unas ni las otras.

Las plantillas nunca las usé.

Las fórmulas, al principio.

Ahora no las veo necesarias porque sé qué aplicar en cada caso, dependiendo de dónde tenga que hacerlo.


Así, los mensajes que enviaré en tu nombre a tus clientes, sea en una página de ventas o en una secuencia de emails no sonarán igual que otros competidores tuyos.

Harán que te diferencies y la gente lo notará.

De cine y cultura en general, y de marketing, copywriting y negocios hablo en los emails que envío a mis suscriptores.

Si quieres, puedes entrar apuntándote abajo.

Además, te haré un regalo.

Y no suelo hacerlos.

Un ebook donde hablo del rodaje de “Apocalypse Now” y de pautas importantes si tienes o vas a tener un negocio.

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No es necesario que contactes conmigo, si:

  • Tienes una prima en Badajoz que ganó el Certamen Juvenil de Poesía a los 14 años.
    Te escribirá los textos gratis o muy baratos, casi seguro.
    Que luego te sirvan para algo o no es otra historia.

  • Me vas a llamar para comparar presupuestos, como si estuvieras en un bazar marroquí.
    Tengo unas tarifas, y no hago descuentos ni en Navidad, ni en Black Friday ni el Día de la Madre.

  • Piensas que “a mis clientes eso no les vale”.
    Lo que yo escribo vale para cualquier cliente que tenga dos dedos de frente.

  • Crees que el copywriting no sirve para nada, pero contactas para que te ofrezca una mentoría gratuita.
    No pierdas tu tiempo, ni me hagas perder el mío.

  • Quieres notar efectos inmediatos en tu negocio.
    Esto no funciona así. Es una inversión, no un gasto.
    Tanto investigar como escribir los textos, son partes de un proceso.
    Y lleva tiempo.
    Si no notas el cambio en un plazo prudencial, los revisaremos.

  • Sabes más que nadie de negocio, de diseño, de
    escribir y de vender, porque lleva muchos años en el
    tinglado y tienes 4 MBA´s.
    No me necesitas para nada. Mucha suerte en lo tuyo.

En cambio, puedes llamarme sin problemas si te interesa vender más, o si quieres darle un giro a la comunicación de tu negocio.

Para ello, no te vendría mal suscribirte y comprobar por ti mismo cómo pienso y cómo escribo.

Lo más seguro es que al menos algún correo te pueda interesar. Al menos, eso dicen algunos.

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